El viernes, tuvimos un almuerzo especial. Teníamos aperitivos salados, galletas, barquillos de chocolate y turrón; para beber podíamos elegir entre zumo de piña y batido de cacao. Mirad que buena pinta tiene todo.
Luego salimos al patio y tuvimos música navideña para bailar. Desde hace dos semanas, el primer recreo de los viernes se dedica a disfrutar de la música.
Asi, estuvo todas las Navidades Erika diciendo que las campanadas se comen con lacasitos, jeje... ¡Que bien se lo pasan!
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